Vivir en Sevilla hoy es para sentirse verdaderamente afortunados si se siguen los titulares del telediario. Aquella majadería de un ministro sobre la Feria.

Al ministro que en 1995 declaró que le parecía poco moderno el real lo hubieran lapidado hoy en las redes sociales. Los siete peligros de la Feria. La tertulia El Zaguán en la caseta del Labradores.

Todos saben de ti, pero pocos te miran cara a cara y con la pausa que marca una sevillana lenta. Los siete peligros de la Feria de Sevilla. La tertulia El Zaguán en la caseta del Labradores.

La clave no está en volver al formato largo, sino en recuperar las vísperas de dos a cuatro días para que la Feria sea, sobre todo, para sevillanos. Los siete peligros de la Feria de Sevilla. La tertulia El Zaguán en la caseta del Labradores.

Está bien que un ministerio nos alerte de quienes nos venden bienestar mental con métodos no probados científicamente. Todos somos la madre de Jesús. Nuestras fiestas amenazadas.

Ninguna madre debe abrir la puerta del hogar para recoger el cuerpo muerto de su hijo como una Piedad del siglo XXI. La receta de la lluvia en la bella Andalucía. El futuro de Sevilla, una ciudad sin rumbo.

Un paseo por las galerías altas de la plaza de toros es evocar los pueblos blancos de Cádiz o el mismo Albaicín de Granada. Llévese un azulejo original del Alcázar. El futuro de Sevilla, una ciudad sin rumbo.

Los visitantes meten el dedito y aumenta el desconchón en la azulejería del siglo XIV del Salón de Embajadores. El futuro de Sevilla, una ciudad sin rumbo. Final de copa: la cochambre como fuente de ingresos.

Tengan cuidado si estos días les llama el amigo de Madrid del que no saben nada desde la última cerveza en la orilla de la playa.

Alguien tendría que estar previendo la Sevilla de dentro de 20 y 30 años, así como los protocolos que se deberían activar ante acontecimientos de masas. Final de copa: la cochambre como fuente de ingresos. Nuestras fiestas amenazadas.