Vacaciones sin mamá | Crítica

Repetición sin sustancia

Aure Atika y Franck Dubosc, en una escena de 'Vacaciones sin mamá'.

Aure Atika y Franck Dubosc, en una escena de 'Vacaciones sin mamá'. / D. S.

Tras el éxito hace tres años de Mamá se va de viaje (remake de la película argentina Mamá se fue de viaje en la que también basó Santiago Segura su franquicia ya con tres entregas Padre no hay más que uno), Ludovic Bernard repite la jugada con el mismo equipo. Se ve que a quienes se basan en la película argentina les da por las réplicas. No le echa el director francés mucha imaginación ni tan siquiera al título: si en Francia la película anterior se llamó 10 jours sans maman (10 días sin mamá), esta se llama 10 jours encore sans maman (Otros 10 días sin mamá).

Tampoco le echa mucha imaginación al guion: si en la anterior el papá, en un momento profesionalmente exigente, ha de hacerse cargo de sus cuatro hijos porque mamá ha decidido tomarse un descanso, en esta la mamá no puede acompañarlos al viaje familiar de vacaciones a una ideal estación alpina a causa de una importante emergencia profesional y él tendrá, otra vez, que hacerse cargo de sus cuatro criaturas. Lo mismo de la anterior con nieve y hermosos paisajes.

Frank Dubosc carga otra vez con el peso cómico de la película en su papel de voluntarioso y forzado, aunque torpe, padre (ahora jubilado y convertido en amo de casa mientras la carrera de su mujer progresa) que ha de afrontar situaciones que superan sus habilidades y enfrentarse a un tipo que supera su paciencia, personaje bien interpretado por Alexis Michalik. Flojita.

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