El Fiscal

El consejero pío acude al camarín de la Macarena

Arturo Bernal y José Antonio Fernández Cabrero, en la Basílica de la Macarena.

Arturo Bernal y José Antonio Fernández Cabrero, en la Basílica de la Macarena. / M. G. (Sevilla)

Arturo Bernal es el consejero pío del Gobierno andaluz. Eso está muy bien a la hora de tener clara la importancia de apoyar la conservación del patrimonio histórico-artístico, que en un 80% es de titularidad eclesiástica en el caso de Sevilla. El consejero de Turismo, Cultura y Deporte acudió a visitar a la Virgen de la Esperanza Macarena en su camarín, por donde no solo pasan representantes de las autoridades sino personas con peticiones especiales para la Virgen. Pasar unos minutos en ese camarín es un tiempo que no se olvida. Don Arturo se llevó el afecto macareno, departió con oficiales de la junta de gobierno, con responsables del cuerpo de acólitos, con el vestidor de la Virgen, con empleados de la hermandad... Conoció la historia de la Virgen de Pilar que preside el frontal del paso de palio, de especial interés para un consejero nacido en Huesca (Aragon). 

Algunos creen que Bernal está cada vez más arraigado en Sevilla, donde, por cierto, se lleva estupendamente con el alcalde, aunque los dos tengan una posición distinta sobre la tasa turística, y con la primera teniente de alcalde, Minerva Salas, hasta hace poco delegada territorial de la Consejería. Dicen que le contó a loa macarenos algunas de las medidas que tomará para que la Junta de Andalucía siga apoyando al importante gremio del arte sacro. Y les confesó que es partidario de que se cobre por la cultura, aunque sea un precio simbólico, lo cual es muy sensato, porque no se valora lo gratuito. En la Macarena, de hecho, tienen un buen ejemplo de museo muy visitado y que genera beneficios que redundan en la importante obra social de la corporación. José Antonio Fernández Cabrero, hermano mayor, explicó al consejero algunos de los programas que promueve la hermandades, como el preparado contra la trata de mujeres, la atención a enfermos o a desempleados. Y como dice el gran Cabrero, la letanía mariana debería incluir el ruego a la Madre de la Imposibilidad. ¿Qué es la Macarena? La Madre de la imposibilidad. 

Qué importante es que los dirigentes públicos conozcan in situ la labor de estas asociaciones públicas de la Iglesia que, por cierto, tanto ahorran a la Administración pública. Qué hubiera sido de muchas personas necesitadas sin las entidades de la Iglesia en la crisis económica de 2008 o en la pandemia. Y en el día a día actual solo hay que ver la cola de espera que se forma en la calle Amparo para comer. 

Los gobernantes, los cardenales, los pregoneros, los periodistas, la gente del barrio, los turistas... Todos van pasando. Solo quedan la Virgen y las oraciones que dejan en su rostro quienes la visitan de buena fe.