Hubo más que el acto en el Ayuntamiento y las fotos en la azotea de la Casa Consistorial. El alcalde ha ejercido como tal. Al César lo que es del César. Y a José Luis Sanz todo lo suyo porque en su suerte va la de la ciudad. Un Sevilla-Betis, el famoso derbi, es una fiesta con riesgos. Todos los dirigentes con competencias en la materia deben remar en la misma dirección: la concordia. El alcalde se fue a Casa Robles a almorzar con José Castro y Ángel Haro. Esta ciudad ya sabe las consecuencias de que los dirigentes no estén a la altura en las vísperas de un derbi. Mejor no recordar. Todas las imágenes de encuentros cordiales, apretones de manos, declaraciones templadas y muestras de afabilidad son un ejercicio de responsabilidad. 

Casa Robles, además, lo reúne todo para ese almuerzo. Don Juan, el recordado fundador del hoy grupo empresarial, siempre fue un bético confeso y hasta accionista. Y logró ser el restaurante oficial del Sevilla F. C. No hay sitio que reúna las mejores condiciones.