Como era de esperar, los presupuestos del Estado (pendientes de aprobarse) han dejado a Sevilla una vez más en la triste sala de espera. Pedro Sánchez (igual que ZP) ha puesto en práctica intentar atraer votos al precio que sea. Se está dedicando a dar "cheques promesas" para recoger votos sobre todo de los jóvenes; 400 euros como regalos a quienes estrenen mayoría de edad, y otro de 250 para ayuda al alquiler. Tambien Pedro Sánchez tiene colocados a más de 300 asesores en la Presidencia del Gobierno, que nos cuesta un pastón. Y la SE-40 avanzando a trocitos, el Museo Arqueológico con calderillas, el Aeropuerto de San Pablo esperando su Cercanías y, mientras, el insensible ministro Escrivá impartiendo a dedo millones de euros a sus afines y Juan Espadas, alcalde, ni está ni se le espera. El "escudo social" no llega a los pobres ni a los barrios más olvidados, que siguen esperando. Los socialistas siguen castigando a Andalucía porque aquí no gobierna el PSOE, sólo un alcalde traidor a su pueblo.